jueves, 1 de noviembre de 2007

La leyenda del Argos: Jasón y los argonautas

Gobernaba el reino de Tesalia el rey Esón quien, cansado, abdicó en favor de su hermano Pelías, con la condición de reinaría sólo mientras su hijo, Jasón, fuese menor. Cuando Jasón llegó a la mayoría de edad y fue a exigirle la corona a su tío, Pelías le envía a una misión que, probablemente, le traería la muerte: para demostrar ser digno del trono, debería traer el Vellocino de Oro, que llenaría de gloria al reino de Tesalia y a su Rey.

A Jasón le agradó la idea y comenzó rápidamente los preparativos: consciente de que los pequeños botes de troncos que se utilizaban para navegar no eran suficientes, encargó a Argos un navío capaz de llevar una tripulación de 50 hombres, que recibió el nombre de Argo, en honor a su constructor. La diosa Atenea talló para él en madera de encina de Dodona (el bosque donde Zeus daba sus oráculos) un mascarón de proa, que tenía el don de la palabra y podía profetizar. Jasón envió una invitación a todos los jóvenes distinguidos de Grecia (Heracles, Teseo, Orfeo -el músico, que marcaría el compás a los remeros- Cástor, Néstor, Laertes, los hijos de Bóeras, el Viento del Norte...) muchos de los cuales fueron después dioses y héroes. Se les llamó argonautas por el nombre de su barco.

El Argo partió de Tesalia después de rendir homenaje a Poseidón, y antes de llegar a su destino, hicieron escala en la isla de Lemnos. Esta isla estaba habitada exclusivamente por mujeres, pues Afrodita había hechizado a todos los hombres de la isla provocando que expeliesen un terrible hedor, de manera que todas las habitantes habían asesinado a sus maridos. Los argonautas se unieron con las mujeres una y otra vez, para darles hijos con quienes repoblar la isla. Tanto tiempo y tan a gusto estuvieron, que Heracles les tuvo que hacer recuperar la cordura recordando el motivo de su viaje.

Prosiguieron después hacia Tracia, donde encontraron al sabio rey Fineo. Éste, adivino ciego, hijo de Poseidón, hacía predicciones demasiado ajustadas a la realidad, así que los dioses le habían castigado con el tormento diario de las harpías: cada vez que quería comer, ellas -demonios alados- se precipitaban sobre él, arrebatándole los platos y manchando el resto. Dos de los argonautas, alados porque eran hijos de un dios del Viento, se precipitaron sobre las Harpías, haciéndolas prometer que no importunaría más a Fineo. El viejo sabio, agradecido, les explica cómo llegar a Ponto Euxino: en la entrada, había dos islas -las Rocas Azules, las Simplegadas o Islas Chocadoras- que flotaban sobre el agua, acercándose ocasionalmente y pulverizando cuanto encontraban entre ellas. Al llegar al estrecho, los argonautas soltaron una paloma, que cruzó sin problemas entre las islas. Inmediatamente, éstas chocaron y, aprovechando el rebote, Jasón y sus hombres cruzaron remando con vigor.

Pasaron más aventuras en su singladura, pasando por Cizico -donde fueron atacados por gigantes-, Misia y Salmideso. Costeando, desembarcaron en el reino de Cólcide, donde Jasón envió un mensaje al rey Eetes donde le reclamaba el Vellocino. Éste, que no quería que se lo llevaran pero tampoco una guerra con Grecia, consintió entregar el vellocino de oro con una condición: arar su campo.

No era tan fácil como parecía. Jasón debía colocar el yugo a dos bueyes con patas de bronce, que lanzaban llamas por la nariz. Una vez conseguido, debía arar el campo, y sembrar los dientes del dragón que custodiaba el vellocino. De cada uno de ellos crecería un gladiador que debería matar con una lanza.

Jasón se reunió con sus argonautas para meditar si debía o no enfrentarse a las pruebas, y se le ocurrió recurrir a Medea, hija del rey y poderosa hechicera. Para conseguir su ayuda, le juró tomarla en matrimonio, así que Medea (que se había enamorado de él) aceptó. A continuación, le dio un encantamiento con el que se podría enfrentar a los bueyes llameantes y al ejército de gladiadores nacido de la tierra.

Se fijó un plazo para las pruebas. Llegado el momento, Jasón -protegido del calor por un ungüento preparado por Medea- avanzó hacia los bueyes, templándolos con su voz. Acarició sus cuellos, los ató al yugo y los obligó a tirar del arado. Después, Jasón plantó los dientes de dragón. Rápidamente surgió la cosecha de hombres armados que, tan pronto salían a la superficie, atacaban a Jasón con sus armas. Ésta, al principio, los mantuvo a raya con su espada y su escudo, pero cuando vio que iba a ser superado, recurrió al encantamiento de Medea: tomó una piedra y la arrojó hacia los guerreros que, inmediatamente se acusaron recíprocamente de haberla lanzado y se mataron entre sí.

Pero Eetes no cumplió con su palabra: trató de poner fuego a Argo y de liquidar a los Argonautas. Entonces Jasón, con unas gotas de veneno que le proporcionó Atenea, durmió al dragón guardián, y después de apoderarse, sin ser visto, del vellocino de oro, se dio a la fuga. Apenas el rey Eetes descubrió la fuga de Jasón y Medea y el hurto del vellocino de oro, se lanzó a su persecución. Medea, para retrasarlo, dio muerte a Apsirto, su hermano, que viajaba con ella, y empezó a tirar al mar, uno a uno sus miembros. El infeliz Eetes, perdió un tiempo precioso tratando de recoger las partes del cuerpo de su hijo, y de este modo los fugitivos lograron alejarse definitivamente.

Jasón con Medea y su tripulación, se embarcó en el Argo. Al llegar a Tesalia, Pelías no da crédito a sus ojos y se niega a cederle el trono. Medea planea la venganza. Se introduce en palacio y convence a las hijas de Pelías para que bañen a su padre en una poción con la que volverá a ser joven. Al introducirse en el baño, el rey muere, con lo que Jasón recuperó su trono, que compartió con la hechicera, y dedicó el Argo a Poseidón.

Hasta aquí la parte bonita de la historia. Realmente, el final es bastante más dramático. Después de hacerse con el trono, Medea y Jasón parten hacia Corinto donde el rey Creonte acoge con entusiasmo a Jasón, que es un héroe, pero no a Medea ni a los hijos de ambos. Jasón ve la oportunidad de conseguir el reino de Corinto, de manera que repudia a Medea y pide en matrimonio a la hija de Creonte, Glauce.

Pero Medea, enloquecida de amor, envía a Glauce una túnica y una corona para que acoja y se apiade de sus hijos. Ésta, sobrecogida por la belleza de los regalos, no sospecha siquiera que no es piedad lo que Medea desea: tan pronto como se prueba el peplo y la corona, cae presa de un terrible dolor que le quema el cuerpo. Los regalos estaban envenenados. Su padre se corre a abrazarla y toca el veneno. Ambos mueren en medio de una terrible agonía.
Medea no colma así, todavía, sus ansias de venganza, de manera que buscando el mayor de los tormentos para Jasón, asesina a sus hijos. Una vez cometido el crimen, huye en un carro de fuego, prestado por su abuelo Helios. Pero antes maldice a Jasón: morirá por su amado barco.

La profecía se cumple. Mientras duerme a la sombra de Argo, un tablón se desprende y cae sobre él matándole.

Argonautas

Con el nombre de Argonautas se hace referencia a cualquiera de los acompañantes de Jasón en su larga expedición en busca del vellocino de oro, en la Cólquide. Los Argonautas deben su nombre a la nave en la que viajaban, llamada Argos, en honor a su constructor: Argo. Existen diversas listas en las que se cita a los Argonautas, unas más fidedignas que otras. En Tesalia.com citaremos la extensa lista a la que hace referencia Constantino Falcón en su libro. El catálogo más completo de miembros de la expedición incluye a Acasto, hijo de Pelias, Áctor, hijo de Hípaso, Admeto, hijo de Feres, Anceo, hijo de Licurgo, Anceo, hijo de Poseidón, Anfiarao, hijo de Oícles, Anfidamante, hijo de Áleo, Anfión, hijo de Hiperasio, Areo, hijo de Biante, Argo, hijo de Arestor, Ascálafo, hijo de Ares, Asclepio, hijo de Apolo, Asterio, hijo de Hiperasio, Asterión, hijo de Cometes, Atalanta, hija de Esqueneo, Augías, hijo de Helios, Autólico, hijo de Deímaco, Butes, hijo de Teleonte, Calais, hijo de Bóreas, Canto, hijo de Caneto, Cástor, hijo de Zeus, Cefeo, hijo de Áleo, Ceneo, hijo de Élato, Clitio, hijo de Eúrito, Corono, hijo de Céneo, Dáscilo, hijo de Lico, Deileonte, hijo de Deímaco, Deucalión, hijo de Minos, Equión, hijo de Hermes, Ergino, hijo de Poseidón, Eribotes o Euribates, hijo de Teleonte, Estáfilo, hijo de Dionisio, Etálides, hijo de Hermes, Eufemo, hijo de Poseidón, Eumedonte, hijo de Dionisio, Euríalo, hijo de Mecisteo, Euridamante, hijo de Ctímeno, Euritión, hijo de Iro, Éurito o Érito, hijo de Hermes, Falero, hijo de Alcón, Fano, hijo de Dionisio, Filamón, hijo de Apolo, Filoctetes, hijo de Peante, Fliante, hijo de Dionisio, Flogio, hijo de Deímaco, Foco, hijo de Ceneo, Glauco, Heracles, Hilas, hijo de Tiodamante, Hipalcimo, hijo de Pélope, Idas, hijo de Afareo, Idmón, hijo de Abante, Ificlo, hijo de Fílaco, Ificlo, hijo de Testio, Ifis, Ífito, hijo de Naubolo, Jasón, Laertes, hijo de Arcisio, Laoconte, hijo de Partaón o Portaón, Leito, hijo de Alector, Laódoco, hijo de Biante, Linceo, hijo de Afareo, Meleagro, hijo de Eneo, Menecio, hijo de Áctor, Mopso, Nauplio, hijo de Clitoneo, Neleo, Néstor, hijo de Neleo, Oileo, Orfeo, Palemonio, hijo de Lerno, Peante, hijo de Taúmaco, Peleo, hijo de Éaco, Peneleo, hijo de Hipálcimo, Periclímeno, hijo de Neleo, Pirítoo, hijo de Ixión, Polideuces, hijo de Zeus, Polifemo, hijo de Élato, Príaso, hijo de Ceneo, Tálao, hijo de Biante, Telamón, hijo de Éaco, Teseo, Tideo, hijo de Eneo, Tifis, hijo de Hagnias, Yálmeno, hijo de Ares, Yolao, hijo de Ificlo y Zetes, hijo de Bóreas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

muy interesante

Lautaa dijo...

GRCIAS AMIGOM SOS EL MEJOR ESTO LOS ESTOY BUSCANDO ACE MAS DE UN AÑO EN EL AÑO PASADO ME SAQUE UN 2 EN LA EVALUACION PERO EN ESTA ME SAQUE UN 9.75 SOS UN CAPO MUCHISISISIMAS GRACIAS :)

Anónimo dijo...

gracias por la página me ha servido de mucho, buena suerte.

Anónimo dijo...

:D gracias por la pagina web chao

Anónimo dijo...

guapissssisssssimoooo me encantó la pagina web